Sinopsis:
Fiesta de graduación 1989. En la pista de baile todos “los graduados” se mueven al ritmo de un tema característico de los años 80. Andy y sus amigos, Vero y Tuca, transitan la fiesta al margen de sus compañeros de curso, con quienes mantienen visiones muy diferentes de la vida. Un roce en la pista bailando es la excusa para liberar las tensiones acumuladas e iniciar una pelea. Loli, la chica más linda del curso, interviene para que Pablo, su novio, el capitán del equipo de rugby; no genere una discusión con el grupo de Andy en la fiesta. Horas más tarde, Pablo se excusa con su novia para alejarse con sus amigos. Vicky, la mejor amiga de Loli, mareada le pide que la acompañe hasta el baño. Loli lleva a su amiga en brazos, ya que casi no pude mantenerse en pie. Vicky abre la puerta de un box y descubren a Pablo con una chica, besándose. Loli sufre el impacto de ver a su novio con otra, deja caer al suelo a su amiga, y se aleja corriendo de allí. Loli sale al estacionamiento del lugar, allí Andy y su grupo se vengan de sus compañeros atando los paragolpes de los autos a un poste. Loli avanza sin rumbo, la ve Andy y se preocupa por ella le saca las llaves de la camioneta a Vero y se ofrece a llevarla. Un rato más tarde, Andy y Loli estacionados junto al rio, ven el amanecer. A pesar de haber cursado 5 años de secundaria juntos, es la primera vez que conectan. Se descubren en este encuentro, y terminan besándose y teniendo sexo en la parte trasera de la camioneta. A media mañana, Loli despierta y se va dejándolo a Andy durmiendo.
Diecinueve años después Andy no añora los tiempos de su adolescencia y diversión porque nunca los abandonó. Es que los tres, aquella noche de graduación, juraron mantenerse unidos y dar batalla para no estandarizar sus vidas bajo los preceptos de la sociedad convencional. Alertados de que en un momento de sus vidas, las personas ceden algo muy importante que tiene que ver con la libertad de ser y se transforman en prisioneros de sus propias ambiciones, persiguiendo la vida ideal que nunca termina llegando; estos amigos decidieron cumplir ciertas reglas para que cuando llegue el momento, ese momento en dónde todos ceden, ellos estuviesen protegidos, para mantener sus vidas del modo más simple, sin haber abandonado nunca la diversión y escapándole a las obligaciones.
Por su parte, Loli vive con su marido Pablo (su novio de los 80) y su hijo adolecente Martín en una casa que devela un buen poder adquisitivo. Mientras toma el desayuno con su familia, Max, el perro hace destrozos en el jardín. Pablo manifiesta la preocupación por el animal, Loli se hace cargo de la situación y llega a la conclusión que hay que conseguirle un paseador de perros que lo sociabilice con otros animales.
Esa misma tarde Andy recibe un llamado requiriendo sus servicios. Luego de terminar su recorrido y devolver los perros, Andy parte a conocer al nuevo animal que deberá pasear, sin saber que el destino tiene preparado para él un encuentro que modificará su futuro, para siempre. Andy busca la dirección a la que fue citado y se sorprende cuando la que abre no es otra que Loli. Las diferencias de los caminos recorridos desde que abandonaron la secundaria, son más que evidentes. A Loli la invaden sensaciones son confusas, no logra explicárselas e inmediatamente se le dispara el recuerdo de ese encuentro sexual que tuvo con Andy la noche de graduación. Sin imaginar que pudiese suceder, una sospecha la asalta: Martín, su hijo, puede haber sido fruto de aquella relación sexual inesperada. Loli encara a Andy con sus sospechas. Andy no necesita ni quiere que su vida cambie pero ya nada será igual para él…
Sembrado el conflicto, está comedia romántica pone en jaque a los protagonistas. A Loli toda esta crisis la saca de la modorra de una vida cómoda y ordenada, y la enfrenta a tener que decidir si peleará por sostener a esa “familia perfecta” que se le resquebraja, con un matrimonio que hace agua por todos lados y con un hijo que ahora la cuestiona. Vero se debatirá entre sus preceptos de amistad y el amor de pareja, y a Andy se le abrirá un nuevo panorama con varios conflictos: no romper el pacto que en la adolescencia selló con su grupo de amigos; comenzar de la noche a la mañana una relación con un hijo al que no conoce, pero con el que tiene claras afinidades porque pareciera tener su misma edad, y que lidia con los mismos problemas que él cuando iba al colegio; por eso Andy se fijará como metas insertar socialmente a Martín y conquistar a Loli, el amor de toda su vida.
